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sábado, 7 de enero de 2012

Woody Harrelson habla de su Transformación en Policía en “Rampart”

Woody Harrelson, quien interpreta a un oficial corrupto de la policía y veterano de la guerra de Vietnam en el drama “Rampart” dirigido por Oren Moverman, habla con el editor ejecutivo de The Hollywood Reporter, Stephen Galloway sobre su entrenamiento para el intenso personaje, y meterse en problemas en su juventud.

Has dicho que no te gustó la película cuando la viste por primera vez. ¿Por qué?

Sí, es verdad. La vi en Mayo y no estuvo terminada hasta Agosto. Creo que no me gustó por varias razones: Una es, es muy diferente de lo que estaba en el guión a lo que rodamos; hay probablemente unas 36 escenas borradas de esa película y otras grandes escenas también, pero habría sido una cosa de 4 horas.


Pero me devastó porque sabía cuando la estaba rodando que sería una película genial, fijo. Verla fue probablemente uno de los peores periodos de mi vida profesional, la depresión por ello. Estaba muy deprimido por ello y no sabía cómo lidiar con eso. Sentí que el editor había influido a Oren (Moverman, el director). Sentí que él había sido engañado, y él decía, “confía en mí, éstas son mis decisiones, el editor es genial”. Hubo un par de meses con esta rara energía entre nosotros, y él dijo, “No quiero que esto arruine nuestra amistad”. Así que le dije, “Te prometo, tío, nada destruirá nuestra amistad. Nuestra amistad significa para mí más que cualquier película o proyecto. Te quiero mogollón y eso no cambiará jamás”. Porque, en muchos casos, las relacione se habrían disuelto por esto.

Entonces la película es aceptada para Toronto y dije, “No sé cómo voy a hacer para ir y apoyar una película en la que no creo”. Ellos dijeron, “Tienes que verla”. Estaba rodando “Los Juegos del Hambre” en Carolina del Norte y había escrito una obra, “Bullett for Adolf“, así que vine a Nueva York para mirar un teatro y pude ir y ver la película otra vez, sabiendo que iba a ser un desastre, y Oren estaba allí y sabía que iba a suponer mucha presión para mí el sentarme y ver esta cosa. Y después de los primeros diez minutos estaba en plan, “¡Guau, esto es bueno!” Y siguió siendo increíble. Estaba muy equivocado. La película cambió; se volvió más estrecha y mejor. Pero también fue el hecho de que no tenía las mismas expectativas al entrar. Eso me liberó. Nos abrazamos y lloramos y nos sentíamos felices de estar en la misma página.

¿Cuál ha sido tu peor experiencia con un policía?

Oh, he tenido varias. La peor fue cuando estaba en mi último año en la universidad y fui a visitar a mi hermano a Ohio. Nos fuimos a beber y en un punto, fue después de un partido del Estado de Ohio, estaba cruzando la carretera con mi amigo, diciendo adiós a mi hermano, y un policía nos detuvo por cruzar la calle imprudentemente y fue realmente duro, uno de esos policías con una actitud realmente desagradable que les da un mal nombre al resto de policías. Me pidió mi tarjeta de identificación, y le dije que no la tenía. Entonces dijo, “Debes tenerla”, y la encontré y se la di, a lo que me dice, “¡No me mientas de nuevo, idiota!” y cogió mi licencia, y eso me sacó de mis casillas, y entonces me agarró y me estampó varias veces contra un muro de ladrillo, fuertemente. Tenía unos 21 años entonces lo empujé y salí corriendo. Y eso se convirtió en una mala experiencia porque puso la alarma de “policía en problemas” e inmediatamente me vi rodeado en una acera en Columbus por todos estos policías. Uno tenía su rodilla en mi cuello, otro en mi estómago, me trataban mal y varios estudiantes de la zona protestaban, y los policías empezaron a amenazarlos a ellos. No eran buenos policías, y en aquella época, la policía de Columbus era legendaria por ser duros.

Entonces, todo empeoró. Me metieron en su furgoneta, y el mismo tipo me agarró, estampando mi cabeza contra la furgoneta. Luego se pararon para pillar a alguien que estaba meando en la acera; así que cuando la furgoneta se paró para pillarlo, y las puertas se abrieron, salté fuera y eché a correr, y estaba esposado por la espalda, llevando botas, lo cual no son unos zapatos ideales para hacer deporte, y la próxima cosa que supe fue que estaba corriendo por este parque y los policías venían detrás de mí, y vi este coche, me pegué contra él y volé por los aires. Literalmente, hice un trompo hacia delante, aterrizando con la nuca, y entonces me pillaron y me hicieron papilla. Después de ello, fue todo; harías cualquier cosa. Me metieron en la cárcel. Estuve en la cárcel una noche y al día siguiente mi madre vino desde Lebanon y me sacó. Eso dejó un pensamiento realmente negativo en mi mente sobre la policía. Eso es una parte de lo que me hace difícil imaginarlo (interpretar a uno), aunque durante los últimos años de mi vida he tenido una buena relación con ellos.

¿Serías un buen policía?

Creo que lo sería, pero nunca se sabe. Lo que aprendí fue que, lo que nos les gusta de ser policías, muchas veces viene de las instituciones más altas, con las que no están de acuerdo en algunas políticas. Pero creo que sería un buen policía; me gusta el tipo de policía donde el tipo está en la comunidad y ese el tipo de policía con los que trabajé. Traían pavo en Acción de Gracias y pasaban tiempo para conocer a la gente. Eran duros pero justos. Pero mucho de la policía es sobre crímenes sin víctimas o crímenes consensuales. Y lo pasaría mal al tener que lidiar con eso.

¿Serías duro? ¿Eres duro?

No lo sé. Si me comparas con mi hija de 5 años, ¡diría que no! Es la persona más dura que jamás he conocido.

¿Cómo te preparaste para interpretar a un policía?

Leí muchos libros relacionados con la policía, incluyendo uno que tiene que ver con la historia de la policía de Los Ángeles. Y estaba muy interesado en uno, “Boot“, porque me interesaba la primera parte de la entrada de Dave Brown a dicho departamento. Tenían que hacer unos simples test y entonces eran aceptados en la academia, pasaban por ella, y tenían un año de prueba donde aún no son policías completamente. Entonces empiezan a moverse lentamente por las filas. Y es bastante riguroso físicamente. Fui a la academia y los vi haciendo cosas diferentes, donde son enseñados a esposar a la gente: tienes que poner sus manos en sus cabezas y hacer que entrelacen sus dedos, y coges sus índices y los agarras y pones las esposas. Hay mucho que aprender. Conseguí ir de incógnito en una furgoneta sin señalizar, donde seguí a un tipo durante mucho rato, el cual estaba conduciendo en círculos raros, erráticos, y me dieron unos binoculares para contarles qué estaba haciendo. Fueron para ver si el coche había sido robado, pero no lo era. Al día siguiente su coche fue quemado.

¿Estuviste en peligro en algún momento?

No, no lo creo. Estaba en el coche y ellos sacaban a varios pandilleros y los cacheaban mientras los tenían de cara a la pared, y entonces venían a mí y me decían que saliese y le decían, “vamos a hacer que alguien hable contigo ahora”. Así que no sólo conocí a un montón de policías, sino que conocí a un montón de pandilleros los cuales pensé que eran gente bastante guay también. Recuerdo fuera de una tienda de licores, estuve hablando con un hombre durante un buen rato, y entonces me dijeron que era un asesino de sangre fría y uno de los que estaba más arriba en la banda. Eso me dejó alucinado. Parecía el tío más amable que jamás podrías conocer, interesante, vulnerable. Fue un periodo fascinante. Estuve con ellos más de un mes; vine a Los Ángeles y bastante antes de empezar a rodar empecé a intentar meterme en la cabeza lo de ser policía, porque eso era lo más difícil: me costó mucho imaginarme a mí mismo como un policía. Soy un hippie que vive feliz en Hawái. Sabía que si yo no me lo creía, nadie lo haría.

¿Cuándo rodaste la película?

Fue hace un año, y terminamos justo antes de Navidades. Fue un rodaje de unos 35 días.

También tuviste que perder peso para el papel.

Perdí 16 quilos. Estaba en 85.9 y me quedé en 72.7, e intenté mantenerlo bajo durante el rodaje. Ahora estoy en unos 79.5 quilos… Hice dos semanas y media de ejercicio en ayunas y diariamente. No comía, pero tomaba cosas líquidas. He hecho mucho ayuno en los últimos años, y encuentro que te pone en tu mejor humor. Cuando le das a la gente menos cosas que procesar y digerir, es muy liberador para el cuerpo.

También tuviste que aprender a usar armas de fuego. ¿Fue eso una nueva experiencia?

He disparado armas anteriormente. Solía hacerlo realmente bien con el tiro al plato: fui unas tres veces al campo de tiro. Pero no me gustan mucho las armas, para ser honestos.

¿Tienes un arma?

No. La tenía hace unos años. Me vi con un arma contra mi cabeza y al día siguiente fui y compré tres. Eso fue cuando supe por primera vez que haría “Cheers“; había comprado un Porsche, como el que Tom Cruise tenía en “Risky Business“, y me atracaron alrededor de Bronson y Franklin, en Hollywood, sobre las 4 de la madrugada. Yo y mi hermano y dos chicas estábamos en el coche, y la chica con la que yo estaba había ido dentro del edificio en el que estaba para ir a buscar algo, y mientras esperábamos, el estéreo reventó y este tipo salió de detrás y vino hasta la ventanilla, y sentí que habría problemas, sacó un arma y la puso contra mi cabeza y me dijo que le diese el dinero. Fue salvaje porque quería las llaves y yo no las encontraba, alguien me había dicho que sacase las llaves fuera del contacto, y empezó a contar hacia atrás para decirme que iba a dispararme, “cinco, cuatro, tres…” y supuse que se me habían caído, y justo cuando iba por el “dos”, la chica salió del edificio y él huyó. Se llevó como unos 26 dólares. Pero de seguro nos había asustado. Después, es increíble lo fácil que fue conseguir un arma. No sé qué pasó con ellas. Se desmaterializaron.

¿Cuál fue la escena más dura de la película?

Toda ella fue muy intensa. De eso va Oren. Emocionalmente, fue todo lo interpretado con mi hija, interpretada por Brie Larson. Eso fue muy duro porque todo era muy cercano a mí. Obviamente conecté con mi propia relación con mis hijas; tengo tres. Tengog una relación fenomenal con ellas, pero cuando estás en esa situación, se siente muy real. Oren tiene un estilo increíble; te da un gran espacio para crear. Una escena en una habitación de hotel empezó como una página, y terminó siendo una escena de ocho. En la escena cuando ellos (la familia del personaje de Harrelson) se van, poco después yo salí por el ascensor, y ¡ellos intentan quitar los cables y a la gente de su camino para seguirme al ascensor! Esa es la razón por la cual estas escenas tienen una cualidad real. Tienes que estar muy presente.

¿Te impactó personalmente el interpretar a ese tipo de policía?

Definitivamente. Recuerdo en un punto el que discutí con un amigo por algo y dijo, “¡No puedo esperar a que hagas esta película!” Y eso me lo dijo más gente. Porque una gran parte de lo que pasa en la vida interna del personaje es la paranoia y dejé que mi propia mente llegase a estar en ese estado.

Traducción: LosJuegosdelHambre

Vía: DownWithTheCapitol

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