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miércoles, 30 de diciembre de 2015

Jen posa en su sesión para Vogue (2013)

Estrella de ‘Los Juegos del Hambre’, Jennifer Lawrence en la portada de Vogue.


Ya sea iluminando una película indie o encabezando una franquicia éxito en taquillas, Jennifer Lawrence es el talento más eléctrico de Hollywood en una generación. Jonathan Van Meter conoce a la heroína favorita de Norteamérica.


Le dejamos a JLaw escoger el Odeon, un restaurant que eligió de una lista porque le gustaba el sonido de su nombre. Se abrió en una esquina en Tribeca mucho antes que Lawrence hubiera nacido y definido un género: Ejecutar todo perfectamente, pero no tomarlo en serio – una apta descripción de la misma Lawrence. Efectivamente, Odeon ha durado 30 años porque, mientras se interesa por el buen servicio y la buena comida, está comprometido sobre todo lo demás en ser divertido. De hecho, yo mimo tuve mucha diversión a principios de los noventas ahí cuando llegaba a la 1:00 pm un viernes y me sentaba, tuve una reacción que solo puede ser descrita como pavloviano: Ordené un Vodka.

Jennifer Lawrence – a diferencia de digamos, Jennifer Aniston o Jennifer Lopez o Jennifer Garner – nunca luce igual. Es una de las razones escritores batallan para encontrar palabras que la describan, y muy seguido a recurrir a algunas, como camaleón. David O. Russell, el hombre que dirigió para un Oscar en SilverLiningsPlaybook, recuerda topársela en la temporada de premios en el 2011. “Veía esta alta rubia en eventos, y nunca entendí quién era,” él dice. “Lucía como una chica californiana o Barbie Malibú. Y yo decía, ¿Quién es ella? Y alguien decía, ‘Es Jennifer Lawrence,’ y yo respondía, ‘La chica que cocina ardillas en un palo en Winter'sBone?’ ¡Nunca la reconocí! Siempre se ve tan diferente.”

Tan diferente, de hecho, que incluso después que uno de sus dos guardaespaldas entra al restaurante a decirnos que si llegada era inminente, cuando finalmente entra por la puerta, aún no la reconocía. Para ser justos, ella usaba unos gruesos lentes de sol Tom Ford, y su pelo mojado, con corte de pelo reciente, y con un tono entre rubio y castaño. (“¿Muy atrevido?” me preguntó después. “Creo que necesito hacer una decisión.”) Pero antes que llegue a la mesa, puedo oír su rasposa voz—el estruendo profundo de mucha energía nerviosa. Si, esa es ella.

Lawrence, que usa un top colorido sin mangas (comprado hace una hora en Topshop), pantalones negros holgados y un par de sencillos zapatos, inmediatamente nota que tengo un yeso en mi pie y en coctel frente a mí. Después de explicación de cómo me lo rompí (en una fiesta de cumpleaños de un cincuentón, en la pista de baile, a las 3:00 am), ella fija sus ojos azul-grises frente a mí, con una cara que es adorablemente simpática, por seguro, pero también contorsionada tratando de contener una carcajada. Mi pie es la razón de todas las cosas al aire libre que haremos juntos— cabalgata, caminar sobre Central Park—fue vetado. Mi sugerencia de ir a un lugar de videojuegos en West Village a jugar villar o jugar un videojuego fue rechazada, porque Lawrence dice, “Esa es mi exacta demografía.” Así que aquí estamos. “¿Debemos emborracharnos?” pregunta mientras el mesero pone una cerveza frente a ella. Tal vez es el espectro del pasadoOdeon—un lugar hecho por el famoso escritor de la novela de excesos de los ochentas Bright Lights, Big City, Jay McInemey (novela de la que ella nunca había escuchado)—que nos lanza en una ronda de siete horas. En dado caso, podría ser peor en un arreglo de tanta decadencia.

Puedes aprender mucho de una persona en siete horas. Cosas pequeñas, como el tipo de comida que le gusta o no como— rúcula, berenjena, queso de cabra (“tengo los gustos de un niño de cinco años), con qué programa de televisión está obsesionada (Homeland), las cosas extrañas a las que teme (“No tengo pesadillas sobre payasos o rateros o asesinos. Tengo pesadillas sobre adolescentes. Me aterrorizan”). Pero puedes aprender cosas súper específicas. Por ejemplo, ella tiene su apodo de J.Law desde el séptimo grado, pero fue en esta primavera que conoció a J.Lo cuando estaban en una fiesta con Jimmy Fallon. “Planeamos todo esto, íbamos a estar dando vueltas hacia ella y decirle, ‘¡Por favor baila con nosotros!’ Pero de forma inesperada Jimmy salió, y de pronto di un giro y dije, “¿Bailas… conmigo?’ y ella respondió, ‘Gracias, solo voy a ver.’”

Es ahí surge la mayor sorpresa sobre Jennifer Lawrence: Tiene el alma de un comediante y puede hacernos reír sobre cualquier cosa que se le atravieses en el camino. Hizo un monólogo de 20 minutos sobre esponjas: “Me desperto más temprano en la mañana cuando tengo esponjas nuevas. Ese estante ni siquiera se lo esperaba” No parece comprender a las personas que no comparten su “fe en esponjas” y finalmente llegamos a su relación con su ex-novio Nicholas Hoult, con quien es muy cercano (están grabando X-Men: Days of Future Past juntos). “Él nunca las escurría. Estábamos en la cocina una vez, y yo recogí una esponja, y estaba llena de jabón y mojada, y yo decía, ‘¿Ves?’ Ese tipo de cosas me pone a pensar que nunca vamos a funcionar.”

La gente que la conoce mejor (es decir, otros actores y directores, con los que ella ha vivido en sets de grabación durante la mayor parte de su vida adulta), todos mencionan el lado juguetón de Lawrence— Esa "boba gigante" como alguien dijo— como la cosa más importante de ella. Su co-estrella de Hunger Games, Woody Harrelson dice que crea un ambiente en el set de juegos constantes. "Ella es única. Es ella misma. Me encanta la forma que ella no se censura a sí misma. Ella dice que las cosas más escandalosas. Simplemente increíble, las cosas que ella puede decir”.

Como Russell dice: "Ella se crió con estos dos hermanos mayores, por lo que va a hacer unas bromas de mal gusto que te sorprenderán y harán reír con tanta fuerza. Y entonces ella sólo se sigue adelante." Jodie Foster, quien la dirigió en The Beaver hace unos años, está de acuerdo: "Es una de las cosas que me gusta de ella su cerebro de con humor abrupto de chico adolescente’’

Momentos después Lawrence entra por primera vez en el restaurante, sentándose, se quita los zapatos para mostrarme sus dedos de los pies. Son de color azul. Ella ha estado en Montreal durante todo el verano, en el rodaje de la quinta entrega de X-Men, en la que interpreta a la supervillana Mystique, una chica guapa con la piel azul y ojos amarillos, que cambia puede transformar en una persona normal con el fin de asesinar a los que participan en la lucha contra actividad mutante (he aquí, la demografía de los vídeo juegos). "Ellos me pintan azul todos los días," dice, "así que esto es lo que estoy tratando." Ella saca su pie otra vez y se ríe. "Soy como cisne azul."



Como si una franquicia de gran estudio fuera poco, en el último año, Lawrence pasó varios meses en Atlanta y Hawaii el rodaje de la segunda película de los juegos del hambre, Catching Fire, que saldrá en noviembre, después de lo cual se fue directamente al set de American Hustle, la próxima película de David O. Russell (para estrenarse en diciembre), inspirada en la operación encubierta del FBI a finales de los setentas, conocida como Abscam, un escándalo de soborno casi ridículo que provocó la caída de un senador de Estados Unidos y seis congresistas. La nueva elenco de Russell, reúne a Lawrence con sus compañeros de Silver Linings, Robert De Niro y Bradley Cooper, y la actriz, como un favor a Russell, insertado esta película entre el rodaje de dos de las más grandes exitosas franquicias del momento, que le da una idea de qué tan encantadora—e itinerante—la vida de Lawrence se ha convertido.

La otra cara es que más de una persona con quien hablé sobre Lawrence preocupaba abiertamente cobre lo duro está trabajando. "Sólo por su cordura, personalmente me gustaría que frenara un poco," dice Francis Lawrence (sin parentesco), que dirigió Catching Fire y en octubre comenzará el rodaje de los das últimas películas de Juegos del Hambre en Atlanta, "Creo que ir de un set, al siguiente, y al siguiente eventualmente tendrá una recaída. Espero que en algún momento se tome un poco de tiempo libre."

Lawrence se suponía que iba a tomar un descanso entre Catching Fire, X-Men, y la carrera por el Oscar por Silver Linings, Russell le pidió que interpretara a la esposa de Christian Bale en American Hustle, y luego escribió la parte de Rosalyn expresamente para ella. "Rosalyn es 100 por ciento un producto de la imaginación de David", dice ella. "Ella es un maníaca-depresiva alcohólica, y yo no podía esperar. Además, tengo que besarme con Christian Bale."

Russell apenas puede contener su alegría en forma por completo que su nueva musa aceptó a papel verdaderamente adulto—incluyendo las pieles de gran tamaño, las gafas de sol púrpura humeadas. "Es un personaje que es una especie de desquiciada, intensa, manipuladora, brillante, pero también conmovedora  y desgarradora ama de casa de Long Island. Y eso fue muy emocionante para ella. Ella tiene una verdadera alegría en la sangre cuando se trata de otras personas."

Más que cualquier otra actriz joven en la historia reciente, Lawrence también parece tener una necesidad casi compulsiva de sacar el máximo provecho de cada oportunidad que viene en su camino. "No podía decir que no," dice. "Y luego, cuando yo estaba en el set, y decía, 'Esto es mucho más importante que unas vacaciones. Es mucho mejor para mi cerebro para ser estimulado creativamente de esta manera' Me recordó: Esto es lo que amo."


Una de las rarezas de la vida de Jennifer Lawrence en estos momentos es que el personaje que está más estrechamente relacionada es con—Katniss Everdeen, de The Hunger Games—está en una trayectoria que es, en muchos sentidos, similar a la de Lawrence. "Cuando Winter’s Bone estaba siendo nominada," dice Lawrence, "yo sólo había hecho indies, y de repente me presentaron a este nuevo mundo en el que no me siento como yo misma. Tenía esos vestidos extraños y escuchaba gente hablar de cosas que no entendía. Y recuerdo haber leído el libro, y decía, 'Oh, Dios mío, sé exactamente lo que se siente.' No sé lo de la parte de prepararse para la muerte, pero sí sé de la parte de ser casi una marioneta. Y luego, cuando yo estaba haciendo la segunda película, me había familiarizado con ese mundo, y creo que eso es algo que Katniss experimenta. Ella es diferente cuando regresa. Ella se siente más cómoda en el Capitolio, que entiende la gente más, y no es tan misterioso y aterrador y desconocido. Ella sabe un poco cómo funciona el sistema."

Francis Lawrence, quien sustituyó al primer director de Los juegos del hambre, Gary Ross, por razones mayormente de programación, es un director conocido por sus elegantes vídeos musicales de Lady Gaga, P!nk y Missy Elliott, así como la película de Will Smith, Soy Leyenda. Debido a que la segunda parte se explora la extravagancia visual que es el Capitolio con más profundidad, uno de los mayores cambios que el director hizo fue traer a la diseñadora de vestuario, Trish Summerville, con quien había trabajado en vídeos musicales y quien diseñó el vestuario para La Chica del Dragón Tatuado. "Pensé que había oportunidades increíbles para grandes momentos de la moda en la película", dice. Gran golpe de Summerville fue incluir a Sarah Burton para que Alexander McQueen prestara piezas de su pasarela, en su mayoría utilizados por la maestra de ceremonias, Effie Trinket, valientemente interpretada por Elizabeth Banks, pareciendo ser la loca tía de Lady Gaga. "En la primera película," dice Summerville, "se veía como todo comprado en la misma tienda. Quería mostrar variedad. La elite, pero de todos los ámbitos de la vida. Así que hice las tendencias de moda: moldeado de sombreros de fieltro, telas que están de moda, ese tipo de cosas ".

Es interesante que Summerville haya vestido tanto a Katniss Everdeen y a La Chica del Dragón Tatuado, Lisbeth Salander. Ambos son complicados personajes—chicas que le pueden patear traseros y son guiadas por una fuerza interna que no pueden entender por completo. Y ambas representan una nueva especie de heroína de Hollywood. "Las mujeres realmente nunca han plasmadas así, como el héroe masculino joven," dice Jodie Foster. "Es una larga tradición—la estructura de esto tiene miles de años— y creo que cuando vemos a las mujeres como los personajes que vemos a una persona real, un verdadero camino heroico."



Las actrices que interpretan estos personajes comparten cualidades similares también. Tanto Jennifer Lawrence y Rooney Mara son extravagantes, poco convencional, e inmensamente talentosas estrellas jóvenes y brillantes que fueron nominadas al Oscar. Y los dos también tienen seriedad callada al respecto. Se sienten como sirenas indies que podría haber tenido una carrera perfectamente satisfactoria haciendo películas más pequeñas, más idiosincrásicos. Y sin embargo, aquí están, asumiendo estas franquicias gigantes.

"Las he visto trabajar muy duro," dice Summerville, "las largas horas, las condiciones, qué tan atléticas tienen que ser, la resistencia. Se necesita una gran cantidad de talento, y ambas lo tienen. Y las dos son muy fuertes, muy inteligentes, muy rápidas." Eso se traduce en rapidez a la pantalla: Cada uno tiene un aspecto cambiante que es casi Streepian. Como Summerville dice, "No creo que hay un papel que no puedan interpretar, que puede ser periodo, pueden ser contemporáneos, pueden ser futurista. Son rostros atemporales. No se puede encasillar a ellos."

Tal vez dos personas no hacen una tendencia, pero si estamos en el comienzo de una nueva era menos conservadora en Hollywood, que se han pasado mucho tiempo en llegar. "Estás fuera de la clase insipidez del canal CW y pasas estas actuaciones primas e interesantes y llenas de matices," dice Francis Lawrence. "Pero una cosa que me preocupa es la sobre exposición. Gran parte de la energía proviene de su anonimato, y espero que estas dos jóvenes actrices pueden mantener algo de su privacidad."

No va a ser fácil. David O. Russell vio a Jennifer Lawrence materializarse frente a sus propios ojos. “Cuando llegó al set de Silver Linings Playbook, le preguntaba Bradley Cooper y Robert De Niro como se sentía que la gente los reconociera en la calle,” dice. “Eso no le estaba pasando a ella. La gente no sabía quién era. Pero para cuando la película fue estrenada e hicimos el evento en Santa Bárbara, era como ir a un concierto de los Beatles. Había miles de personas gritando su nombre. Era increíble.”

Tengo que admitir que estaba algo asombrado por la presencia de los guardaespaldas de Jennifer, que estaban afuera de Odeon, recargándose en una gran camioneta negra. No había pensado que esa completamente ingenua persona estaba sentada frente a mi—la misma traviesa y pícara joven que había visto en televisión, hablando en confianza con los entrevistadores, coqueteando con Jack Nicholson en los Oscars mientras era entrevistada por George Stephanopoulos después de haber tropezado con la voluminosa falda de su vestido Dior cuando se dirigía por las escaleras a recibir su estatuilla—es la misma chica que es ahora acechada por los paparazzis donde quiera que vaya porque es joven, bella, impredecible y ha sido nombrada la más emocionante y completamente realizada estrella de cine en las décadas por venir.

Aparentemente, tampoco lo ha meditado mucho ella. Cuando la tenue burbuja de privacidad que ha creado a nuestro alrededor—con su lenguaje corporal, girando la mirada a otro lado—es invadida, se agita. En cierto punto, una fiesta de cuatro está a nuestro lado, y por el otro lado una mujer de aspecto sofisticado ve a Lawrence, ella busca su teléfono, después lo saca y empieza a teclear botones, como si documentara su visita en el Louvre. “¿Podemos parar?” Lawrence pide. Con su cabeza abajo, se queja en voz baja. Sí, eso fue muy agresivo, yo digo. “¿Yo?” ella dice, luciendo preocupada. No, ella, digo. “Me estoy empezando a sentir como un mono de circo,” ella admite.

Lawrence está consciente que a nadie le gusta oír a la gente famosa quejarse sobre ser famosos. (Y seguramente su publicista le ha dicho que es perder una proposición.) Pero es un asunto—“un tema peligroso,” ella dice—al que volvemos varias veces porque obviamente tiene problemas para acostumbrarse. “Me tambaleo al parecer malagradecida cuando hablo sobre esto,” dice en cierto punto, “pero creo que estoy pasando por una crisis por ello últimamente.” Sin embargo, no es sorprendente, tiene un buen punto para ser una novata, aceptémoslo, probablemente no lo esperaba. “De pronto el mundo entero cree tener derecho de saber todo de mi, incluyendo que estoy haciendo los fines de semana cuando los paso con mi sobrino. Y no tengo el derecho de decirlo, ‘estoy con mi familia.’”

No es un secreto que el internet ha creado una nueva y más tormentosa realidad para actores, en parte porque todos son ahora paparazzi—por ejemplo, la mujer sentada a nuestro lado. Antes empiecen a sonar los pequeños violines, Lawrence tiene un buen punto: “Si fuese solo una chica promedio de 23 años,” dice, “y llamara a la policía para decirle que hay un extraño que duerme en mi césped y me sigue a Starbucks, se encargarían del problema. Pero como soy una persona famosa, ‘bueno, lo siento señora, no hay nada que podemos hacer’. No tiene sentido.” Lo que le molesta en serio es cuando la gente dice, “Tienes que lidiar con esto.” “En serio no estoy BIEN con esto,” ella dice. “Es tan simple como eso. Solo estoy siendo una chica normal y un ser humano normal, no he estado haciendo esto el tiempo suficiente para sentirlo como ni nuevo normal. Nunca encontraré paz con eso.”


Escuchando a Lawrence sentirse molesta sobre esto, no puedo evitar pensar: Ella encontrará una causa para pelear por ella un día, y no habrá derechos de celebridades y paparazzis. Esta es la injusticia que está experimentando ahora. Se acostumbrará a ser famosa o las cosas se calmarán, pero está más que claro que hay por ahí activista femenista escondida en alguna parte de ella. No estaría para nada sorprendido verla marchar en Washington un día, acompañada de Susan Sarandon y Sean Pean.

Russell también piensa que esto, también, pasará. "A ella le gusta vivir y tener su libertad. Estoy seguro que ella encontrará un modo de seguir haciendo esto." Jodie Foster, quien sabe una cosa o dos sobre seguir teniendo su vida paralelamente de otras obsesiones de la gente, dice esto: "No era lo mismo cuando yo era jóven. Nunca alquilé a un guardaespaldas en mi vida. Pero seguramente, hay un modo de vivir su vida - su verdadera vida, la vida que vive después de las 5:00 de la tarde - y no tiene que ser así. Esto es una cosa temporal. Ella es anclada y sólida, tiene grandes padres y todo lo eso; ellos la recordarán de quien ella es. Pienso que ella tiene la capacidad dada por Dios de estar con los pies en la tierra."

Cuando le digo a Lawrence que esto ya ha pasado un rato desde que hecho el perfil una actriz me mira como. "Oh, no," dice ella. "¿Estás oxidado?" No puedo hacer menos que preguntarle de donde viene su humor. A lo que responde de sus padres, Karen y Gary, y creció con su hermanos mayores, Blaine y Ben, en Louisville. ¿Ellos eran graciosos? "Mi mamá es súper graciosa," dice ella. "Ella es ruidosamente divertida. Y mi papá es lo contrario—la persona más graciosa que alguna vez encontrarás, pero él nunca levanta su voz. Él es solamente realmente rápido. Muy sutil." Ella hace una pausa. "Definitivamente crecimos riendo." Otra pausa. "Tienes que ser gracioso para estar en nuestra familia y sobrevivir, porque somos tan malos el uno al otro."


Aunque ella bromee sobre ello ("pienso que todas las madres son una pesadilla—No puedo pensar que puedes tener niños y no perder tu maldita mente"), ella es cercana a sus padres. Su madre posee un campamento de verano (ahora de Blaine), y su padre estaba en la construcción. (Ben diseña sitios Web.) la historia de como su hija fue descubierta—fotografiada Union Square en la Ciudad de Nueva York por un explorador modelo cuando ella visitaba a la ciudad en primavera a la edad de catorce años—ha sido escrita tanto que, aún cuando ella tiene sólo 23, esta historia ya es un mito. ¿Podría ser verdadero? ¿Puede alguien tener tanto don para la interpretación? "Mira," ella dice. "Crecí en Kentucky, tengo hermanos, tuvimos que hacer deportes, yo era una estudiante terrible, y era castigada siempre que mi carta de reportes llegaba. La actuación nunca fue una opción. No era como, 'Ah, pues sacaste un 7 en matemáticas; estás castigada. ¡Pero puedes ser un actriz!'"

Todo el tiempo en el almuerzo en Odeon, la parte que Lawrence que nunca deja es una especie de compromiso intenso con el mundo o la persona delante de ella. Prácticamente puedes ver su cerebro explorar el espacio, el tamizado por los datos, y luego escupiendo algo secamente observador, perfectamente a tiempo, o de una manera extraña profundo. En cierto punto tomó mi grabadora de Radio Shack y la examinó: "Esta cosa es arcaica, ¿vas a escribir esta cosa a mano, con, una pluma?" Si hay un inconveniente—y no lo experimenté como tal—podría ser que ella está tan ocupada pensado y procesando que a veces puede ser un poco abrumador. Había muchos momentos cuando ella estaba tan emocionada por compartir las siete cosas que solamente reventaron en su cabeza que esto la dejo sin aliento y momentáneamente incomprensible. Como Jodie Foster dice sobre dirigirla, "Es difícil para ella ser superficial, ser aniñada, tonta e inconsciente. Y entonces mi dirección eran cosas a menudo estúpidas, como 'mueve de las manos' o 'haz risitas,' solamente trataba de aflojarla para que ella no era consciente de su propia importancia."

Considerando su intensidad, esto no viene como una sorpresa a que Lawrence describa su niñez como "infeliz"—de una excepcional, emocionante, con niños temperamentales y a menudo malentendidos y lleno de ansiedad. Lawrence ella misma estaba tan ansiosa hasta que sus padres le encontraron un terapeuta. "Yo era una rara," dice ella. "No era molestada. No era mas lista que otros niños; esto no es por qué no me integraba. Siempre tenia esta ansiedad extraña. Odié el recreo. No me gustaban los viajes de estudios. Las fiestas me estresaban. Y," ella añade, "yo tenía un sentido muy diferente del humor." Le Pregunté a Lawrence como esto se manifestó en, digamos, en la escuela. Ella mencionó varios cuentos como ejemplos. Como cuando decidió que sería gracioso saltar de la salida de emergencia de un autobús escolar en movimiento; o el tiempo que ella pensó ella sería realmente gracioso para anunciar al séptimo grado entero que ella se había mojado en la cama; o esto: "Mi familia fue a un crucero, y yo tuve un corte de pelo horrible. Consejo: Nunca consigan un corte de pelo sobre un crucero. ¡Y yo tenía, como, este rubio rizado, afro, y legué a la clase de gimnasia el primer día en el séptimo grado y todos me miraban fijamente, y por alguna razón pensé, lo que tengo que hacer. Y solamente comencé a correr de un lado de la cancha al otro, y pensé que era hilarante. Pero nadie más en aquella edad realmente pensó. Era sinceramente extraña."

David O. Russell menciona una historia que Lawrence le dijo sobre como cuando ella tenía diez años, ella tocó su propio timbre y luego pretendió ser alguien más cuando su familia contesto: "Hola, mi nombre es Susan. Mi coche se estropeó afuera de la calle, y me pregunto si yo pudiera entrar y usar tu teléfono." Considerando todo esto, es difícil de creer que Lawrence—sus padres—no tenían alguna indicación de que ella estuviese destinada al mundo del espectáculo. "Nunca he dicho esto antes," dice ella, "porque no hay ningún modo de decirlo sin que sea completamente entendido mal, pero desde que estaba niña, yo siempre tenía una idea muy normal de lo que quise: Yo iba a ser una mamá y una doctora e iba a vivir en Kentucky. Pero yo siempre sabía"—aquí ella baja su voz—"que iba a ser famosa. Honestamente no se como describirlo. Solía tirarme en la cama y preguntarme, ¿voy a ser una persona de la televisión local? ¿Voy a ser un motivadora? Esto no era una visión. Pero como está pasando, tienes esta comprensión enterrada: Desde luego."


Lawrence dejó la escuela cuando ella tenía quince años para perseguir la actuación en serio, y hacia 2006, ella vivía en un condominio en Santa Mónica con su madre. Ella rápidamente fue seleccionada en la comedia TBS el Show de Bill Engvall, que duró sólo tres temporadas. "Sé que se oye tan estúpido," dice Lawrence, "pero era como que finalmente encontré algo que la gente me decía que era buena, cosa que nunca había oído.Y era una razón grande por la que mis padres me dejaron hacer esto. Hubo un tiempo, cuando mi mamá estaba en el teléfono con mi papá, diciendo, 'pagamos por la terapia y toda este medicamento, y no lo necesitamos cuando ella está aquí. Ella es feliz.'"

Lawrence hizo una serie de películas independientes, incluyendo el debut en dirección de Guillermo Arriaga, "The burning plain", con Charlize Theron. Y luego, justo antes de que cumpla 19, grabó "Winter's Bone", la película profundamente afectadora de bajo presupuesto sobre una familia de adictos en el Ozarks, dirigida por Debra Granik y consiguió su primer nominación de Oscar. "Ella tiene un talento tan puro," dice Foster, quien la eligió en "The Beaver" basado en unos minutos del material que ella vio de Winter's Bones en el cuarto de edición. "Ella tiene esto realmente ese talento silencioso  que al principio que no creo que ella sabía que tenía."

"Independiente de lo que le haya pasado a ella cuando era jóven, ella entendió cosas," dice Russell, "ella transmutó toda la energía en el alma y la libertad que pone en la actuación" Durante la filmación de Catching Fire, Francis Lawrence fue "impresionado por la aparentemente pequeña cantidad de trabajo que entra en un funcionamiento y cuán instintivo es todo" dice él. Todo es espontáneo; esto todo sale de ella, en el momento. Nunca he visto nada como ello."

Russell constantemente estaba desconcertado por su despreocupación de parecer. "Recuerdo a Bradley Cooper y  yo decir '¿Acaso esta niña está poniendo?' Porque estaba haciendo tontenrías o comiéndose mis patatas fritas o haciendo bromas de pedos. Y luego de repente, ella entra, y ¡bam! Ella se parece a muchos grandes atletas. Usted ve que ellos se relajan, y esto es como ellos pueden tan-en-el-momento bajo enormes cantidades de presión. Si hay dos minutos restantes en el juego, ellos pueden entrar y hacer algo extraordinario porque no se siente presionados. Jen se mantiene relajada. Y luego ella hace un tiro de tres puntos desde alguna distancia ridícula y solamente miramos el uno al otro y decimos '¡Wow!'"

Después de cuatro horas en el Odeon, recolectamos nuestras cosas ("No olvides tu teléfono de auto de los años noventa," ella dice) y luego nos dirigimos fuera. Nos amontonamos en la camionera e inmediatamente somos recogidos en un molesto de parachoques-a-parachoques ("hay demasiado tráfico," dice ella al conductor. "Estás despedido"). Nos dirigimos de nuevo al Hotel Greenwich, (es del amigo de Lawrence, de Niro, quien ella vio anoche), ella se queda ahí por el fin de semana, en una enorme suite sobre el sexto piso. Estamos contra las ventanas grandes mientras una tormenta de verano pasa y moja a toda la gente desgraciada sobre la calle debajo. "Ahora mismo soy una gran fanática de las ventanas grandes," dice ella. "Me paro en la ventana en mi hotel en Montreal. Por horas. Esto es el único momento que puedo mirar a los grupos grandes de personas, y ellos no me miran."

De repente, su ayudante y el mejor amiga desde hace cuatro años, Justine entra. Ella acaba de volver de almorzar con un ex-novio, y ellos analizan el significado de cada cambio. Entonces Lawrence da el vistazo a su amiga y dice, "Posdata: Genial atuendo. Tu trasero se ve genial en esa falda." Ellas se conocieron hace cuatro años, un poco después de que Winter's Bones se estrenara en Los Angeles, y fue como amor a primera vista. De regreso en el Odeon, cuando yo preguntaba a Lawrence como ella se queda cuerda trabajando tanto, ella dijo, "Justine está conmigo. Así que es como algo constante en mi vida. Todavía hago lo que alguien de 23 años debería hacer, que es salir con amigos y ser normal. Todavía tengo que guardar en su sitio los platos. Y todavía tengo que escuchar. Cuando haces prensa por mucho tiempo, hablas mucho de ti constantemente. Mi miedo más grande es que voy a llevar esto al verdadero mundo."

¿Justine dice, "¿De qué habló hablaron durante cuatro horas?" Menciono que una de las cosas de las que hablamos es qué tan raro la prensa hace pensar que lo "refrescantemente sin filtros" su amiga es, solamente porque ella tiene opiniones y es graciosa.

"Y pienso que cuando uno es famoso, todo es exagerado," dice Justine. "Es porque ella es honesta. Suena un poco trillado, pero ella tiene el cuerpo de una verdadera persona, dice palabrotas y dice las cosas incorrectas por televisión, y es solamente ella. Literalmente todos los demás juegan el juego, pero ella no. Y no pienso que es capaz de juegar con ello, francamente." Ella continúa, "la pregunta número uno que me hacen es '¿Cómo ella ha cambiado?' Y tengo tal placer al decir, 'No. Ella está mas centrada y normal.'"


Tal vez  no sea un accidente que Jennifer se "impresione" más por su co-protagonista de X-Man James McAvoy, "porque él sabe qué es importante: Él tiene una esposa, un bebé, y tiene un sentido tranquilo pacífico de él que sobre lo que viene y de qué trata la vida" Lawrence aparece decidida para guardar el sentido de ella misma, también, a pesar de la locura de Hollywood, donde la gente con regularidad le dice que ella debería salir con alguien alguien "de su nivel." "¿Como, cuál es aquel nivel?" ella pregunta. "Esto no me significa nada, como una persona. "

Lawrence parece muy consciente que ella es una muchacha de Kentucky con el talento misterioso que parece estar montando la gran ola. De regreso en el Odeon, la pregunté si ella disfrutaba Montreal. "Un poquito. ¿digo ... uh ... ¿sí? Sí y no. Es solamente que todavía me estoy acostumbrando a todo. Esto todavía me hace un poco emocional, solamente de ver como rápidamente todo cambia ... que es tan rápido. He sido la clase persona hogareña últimamente. Pero pienso tarde o temprano, uno de esos días, creo que cuando la siguiente franquicia comience y no estoy en ella, y una nueva Jennifer Lawrence nacerá y entonces seré capaz de salir."

Mientras tanto, ella no tiene ningún plan de bajar el ritmo en cualquier momento. Uno de los proyectos sobre los que ella está más emocionado, ella dice, es producir la versión cinematográfica de la memoria del éxito de Jeannette Walls el "The Glass Castle". Cuando menciono que yo siempre pensaba en Walls como un retroceso de moda en los años cuarenta, con su pelo rojo y grande, su gran sonrisa, ella dice, " Sí, son esas las cosas que trato de quitar de la película." Le pido que explique, y se resulta que Lawrence va a traer un poco de su propia autenticidad al papel. "Jeannette quiso encajar en un mundo pulido, entonces ella se duchaba todo el tiempo porque ella nunca se sintió limpia," dice Lawrence. "Sé que, ver a alguien durante dos horas, quieres que tenga ver algo suciedad en ella, que sea de mal gusto, ¿Tu sabes? Siento que ese tipo de gente de agrada más."

Jodie Foster, la original amable niña con la tierra bajo sus uñas que se movió sin esfuerzo entre el cine de casa de arte de años setenta y las películas de estudio de gran éxito—y sin mencionar prácticamente que escribió un libro sobre como ser tan peligrosamente famoso como tercamente privado—entiende ese tipo de dicótomas: "Como yo, ella no tiene el miedo de su lado serio. Pero es también la divertida y llena de vida, y en un camino, esa es la parte que va a salvarla. Que ella tenga ambos lados. Ella puede ver el lado trágico y cómico de su vida."

Fuente: Vogue
Traducción: Real or not Real News


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 Fuente: Jennifer Lawrence Daily

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