Hace tiempo que Hollywood ha visto en el público juvenil un salvavidas para la constante caída de espectadores que registran las salas de cine. No es el único, pero sí el que más alegrías le ha dado durante los últimos años. «Las crónicas de Narnia», «Harry Potter» y «Crepúsculo», entre otras, son buenos ejemplos de cómo un «best-seller» juvenil tiene todas las papeletas para convertirse en un taquillazo.
Mientras la de «Crepúsculo» sigue activa, adolescentes y Lionsgate (productora de la saga vampírica) ya han encontrado sustituta: «Los juegos del hambre». El patrón se repite: novela juvenil que se convierte en un exitazo, fenómeno fan y, al final de la cadena, una adaptación al cine que nace prácticamente garantizada. Al menos, en términos económicos.
De hecho, «Los juegos del hambre» ya tiene trazas de superar a la saga de los vampiros: su primera parte recaudó 382 millones de dólares en todo el mundo, mientras que esta nueva ya va por los 832. A Jennifer Lawrence, su protagonista (que estuvo en Madrid para presentar la cinta), parece no importarle la comparación: «Es completamente comprensible: las dos provienen de novelas escritas para jóvenes, ambas se han convertido en «best-sellers» y, después, en sagas de cine. Pero creo que ahí se acaba la comparación. Las historias son completamente distintas», explicó la actriz.
Nominada al Oscar
Pero, al contrario que Kristen Stewart, la protagonista de «Crepúsculo», Jennifer Lawrence no es una novata. Ya probó las mieles del éxito con su primer papel protagonista, el de Ree en «Winter’s Bone», una película «indie» dirigida por Debra Granik y por la que la actriz fue nominada al Oscar con apenas 20 años.
No se siente, sin embargo, en una encrucijada entre el «mainstream» por la que ahora se ha hecho famosa y el «indie» que la colocó en el mapa de las actrices promesa de Hollywood: «En un futuro me gustaría hacer ambos tipos de cine. Intento trabajar basándome en los guiones y los directores. En ningún momento me pregunto quién va a pagar la película, sino cómo es el guión y quién lo dirige», dice Lawrence.
En este caso, debió de ser el guión lo que la convenció, ya que la intérprete no dejó de insistir en «el mensaje de la película» durante toda la entrevista. Porque, aunque «Los juegos del hambre» sea de corte juvenil, su argumento encierra una trama con un fuerte componente social: los juegos surgen de un sacrificio que todos los años tienen que hacer las provincias en favor del Capitolio, el todopoderoso Gobierno que controla a la población después de varios desastres apocalípticos.
Así, cada provincia deberá aportar un par de jóvenes de entre 12 y 18 años para que, una vez reunidos todos, luchen entre ellos hasta la muerte en una batalla televisada que se convierte en el gran acontecimiento del año y de la que sólo podrá quedar uno vivo. Una de las participantes, Katniss Everdeen (Lawrence), decide jugar a su manera: «El mensaje de esta cinta es, en el fondo, lo poderosa que puede llegar a ser una persona que se planta para defender aquello en lo que cree», asegura la actriz. Aunque en esta entrega sólo se insinúa, la población comienza a rebelarse contra el macabro divertimento: «Vivimos en una época en la que se utiliza mucho el “reality”, y, en nuestra sociedad, la gente utiliza la tragedia de otras personas para su entretenimiento; es percibida como un espectáculo. Pero existe gente que reacciona a esto. Tenemos un ejemplo real con lo ocurrido en Oriente Medio, que gracias a las redes sociales su población ha podido movilizarse contra sus gobiernos corruptos».
Carácter social
Este mismo mensaje le sirve a la actriz para justificar lo violenta que resulta la cinta, sobre todo, porque son niños los que se convierten en víctimas y verdugos. «Es cierto que se trata de una película con mucha violencia y brutalidad, pero ambas están en el corazón del filme. Nos habla de lo que puede ocurrir cuando las personas se sublevan, algo que veremos más ampliamente en las próximas entregas: es esta violencia la que genera la sublevación. En mi opinión, es necesario que esté presente, aunque no nos hemos recreado en ella», añade.
Ante el gran éxito que ya ha cosechado la primera parte, las dudas iniciales sobre continuar con esta trilogía escrita por Suzanne Collins, se han disipado y en Estados Unidos incluso tiene fecha de estreno: 22 de noviembre de 2013. Simon Beaufoy (guionista de «127 horas» y «La pesca del salmón en Yemen» –que también se estrena hoy–) escribirá «En llamas», que así se titula esta secuela, después de que el director y guionista de esta primera parte, Gary Ross («Pleasantville» y «Seabiscuit. Más allá de la leyenda»), haya abandonado el proyecto.
Todavía se desconoce quién continuará con la dirección de la saga, pero rumores ciertamente llamativos ya apuntan a Cronenberg y a Cuarón como posibles sustitutos de Ross. Para alargarla, la última novela, «Sinsajo», se dividirá en dos (como también hizo Lionsgate con el último libro de «Harry Potter»): el tercer filme está programado para 2015, mientras que el cuaro todavía no tiene fecha.
La que no abandona esta nueva máquina de hacer dinero es Lawrence, porque, además del mensaje, la actriz está encantada con su personaje: «No hay nada que realmente no me guste de él. A veces puede resultar un poco fría, pero eso se debe a que está intentando sobrevivir». A pesar de la defensa bien argumentada que despliega Lawrence sobre la película, el dictamen más exigente puede venir de los muchos admiradores de la trilogía escrita por Collins. ¿Qué echarán en falta? Pues, probablemente, la ausencia de los monólogos interiores, que son la base literaria en la que se sustenta la obra.
«La perspectiva desde la que se cuenta la trama no es siempre la mía. Hubiera sido complicado. Si sólo fuera la mía, no tendríamos la oportunidad de ver lo que está pasando en otros lugares donde yo no estoy. Además, no creo que sea necesario cuando, por ejemplo, estoy corriendo, que se escuche lo que estoy pensando porque, gracias a las imágenes, ya se sabe de qué me escapo», aclara.
Adaptación fiel o no, vamos a tener «Los juegos del hambre» durante una temporada. Y a Jennifer Lawrence, también. Además de repetir como Mystique en la secuela de «X-Men», acaba de terminar de rodad «The Silver Linings Playbook», de David O. Russel, con Robert de Niro y Bradley Cooper, y «Serena», de Susanne Bier, en la que también comparte protagonismo con Bradley Cooper.
Ha nacido una estrella
¿Cómo asume la intérprete toda esta popularidad que, además, ha aumentado exponencialmente gracias a esta producción? «Es un trabajo, creo que es como hay que tomárselo. No necesito cambiar quién soy. Me encanta el cine, y voy a seguir centrándome en eso, en el trabajo», asegura Lawrence, para terminar: «En todo caso, no sé cómo van a ser las cosas, porque todo esto empieza ahora». Como poco, habrá que recordar su nombre, porque bien sea como musa «indie» o como estrella del «mainstream», Lawrence ya se ha hecho un hueco, y de los grandes, entre las nuevas caras de Hollywood.
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