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viernes, 20 de abril de 2012

El ascenso guerrero de Jennifer Lawrence

Con solo 14 años, Jennifer Lawrence (Louisville, 1990) ya trabajaba en Nueva York para llegar a ser una gran actriz. Menos de una década después, con 22, ha sido candidata a Mejor actriz en los Globos de Oro y en los Oscar 2011 —por Winter’s bone— y es la protagonista de la película más taquillera de lo que va de año, Los juegos del hambre, basada en el primer libro de la trilogía de mismo nombre. Lawrence estuvo en Madrid tres días después de su estreno en EE UU para presentar la película que confirma que será una de las estrellas de Hollywood de la próxima década.

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Con una timidez que delata que pese a todo todavía tiene mucho que recorrer, la actriz reconoce que está en un momento idóneo de su carrera, en la que mezcla trabajos de cine independiente con grandes producciones: “Me gusta lo que hago. Me interesan las películas independientes, pero también las más grandes, con buenos e interesantes personajes y directores. Me gusta estar ahí, aunque también quiero comenzar a producir”.


Los juegos del hambre está ambientada en un EE UU posapocalíptico dividido en doce distritos dominados por El Capitolio (cuyo presidente-dictador es interpretado por Donald Sutherland). Cada año se celebran unos juegos, televisados a modo de reality show, en los que cada distrito manda a dos adolescentes —uno de ellos es Lawrence—, a modo de tributo, para que combatan a muerte entre ellos hasta que solo quede uno.

“Lo más oscuro de esta película es la verdad que hay en ella. Esto es algo de nuestra historia, el ver a gente morir por entretenimiento. Dice la verdad sobre nuestra sociedad, que trata constantemente de sintetizar el factor de choque y el uso de la tragedia como redención”, dice la actriz, que se piensa cada respuesta detenidamente. “Vemos lo que ocurre cuando perdemos contacto con nuestra humanidad y lo que la gente puede superar cuando algo parece imposible o te asusta”.

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En esta película vemos lo que ocurre cuando perdemos contacto con nuestra humanidad”

La película es también una crítica a los grandes shows televisados. “Son adictivos. La gente que está desesperada por salir en la televisión puede entretener más que cualquier cosa que podamos escribir. Es fácil culpar a los reality shows, cuando en verdad somos nosotros a los que tenemos que culpar, que somos los que los vemos y les damos los índices de audiencia”.

Los principales personajes que Lawrence ha interpretado hasta ahora son los de adolescentes que tienen que madurar antes de tiempo para hacer frente a situaciones complicadas. En Winter’s bone trataba de mantener una familia unida en un remoto pueblo rural mientras busca a su padre, un exconvicto. En X-Men: Primera Generación es una de las jóvenes mutantes que tienen que aprender a manejar sus poderes. En Los juegos del hambre lucha a muerte por su supervivencia y el de la sociedad en la que le ha tocado vivir: “La madurez para algunos puede ser entender la edad que tienes. En este caso, se les pone [a los protagonistas] en una posición de mayor edad de la que tienen, y tienen que dar un paso adelante y tomar una responsabilidad que no es común para sus años”. Y así su personaje, Katniss Everdeen, evoluciona hasta “convertirse en una guerrera tras entender que todo es un juego, que hay mucha manipulación y lo poderosos que son los medios de comunicación como herramienta”.

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La película, y los libros de Suzanne Collins (casi 30 millones de libros vendidos en todo el mundo hasta la fecha; editados en España por Molino), son un “manifiesto antiviolencia”, según dijo en una entrevista a Babelia en 2010 la autora, que también es productora y guionista de las películas. Pero es un manifiesto repleto de acción y de escenas violentas y sangrientas. “No es algo fácil de rodar”, comenta Lawrence. “No podíamos diluir la violencia porque es el corazón de la historia. Nada está suavizado. No es gratuita y no estamos alardeando de ella, está ahí, pero es rápida y realista”. Pese a la seriedad con la que lo dice, la actriz se relaja al final para reconocer que a la vez son escenas “divertidas de rodar”.

Lawrence y el resto del reparto juvenil (Josh Hutcherson, Alexander Ludwig, Liam Hemsworth…) tuvieron que entrenar duro su forma física y el manejo de armas: “Fue muy intenso, pero divertido. Para el momento en el que comenzó el rodaje, físicamente estaba bien. Para lo que no estaba preparada era para centrarme en mi cara mientras hacía la parte física. Eso sí que fue un desafío”.

No podíamos diluir la violencia porque es el corazón de la historia”

Con un coste de producción de 60 millones de euros, la película ya está entre las 85 que mejor han funcionado de la historia y es la más taquillera de 2012 en todo el mundo con una recaudación de 407 millones de euros (contabilizado hasta el 20 de abril). Y no está en 3D (las entradas son más caras). “Es asombroso. Increíble y excitante”, dice Lawrence con una de las pocas sonrisas que muestra durante la entrevista. “Estábamos preparados para que funcionara bien, obviamente, porque hay muchos seguidores de los libros, pero esto ha superado nuestras expectativas”.

La actriz sabe que el reto a partir de ahora será no caer en las garras de las películas comerciales: “Esta es una película franquicia, pero también es un gran filme. Es un personaje maravilloso, y está dirigida de una forma hermosa [por Gary Ross], y no creo que nadie… bueno, espero que no se vea solo como una película de acción con un personaje de chica que mete caña. Es un personaje maravilloso y complejo”.

La actriz más guerrera tiene por delante las dos siguientes partes de la trilogía de Los juegos del hambre, la secuela de X-Men, la nueva película de David O. Russell (el director de The fighter) y el proyecto que más le ilusiona, Serena, junto a Bradley Cooper, y bajo la batuta de Susanne Bier (En un mundo mejor). “He trabajado con mujeres directoras increíble” recuerda la actriz sobre sus trabajos con Debra Granik, Jodie Foster y Bier. Mucho trabajo para adaptar su vida a la de una estrella de Hollywood.

“La fama es un ajuste en mi vida, algo en lo que constantemente voy a tener que estar trabajando”. Una situación en la que luchará y sobrevivirá, algo que no cree que haría si viviese en un mundo como el de Los juegos del hambre: “Si estuviese donde la protagonista, no creo que aguantara mucho…”. Pero en Hollywood su guerra por estar en lo más alto sin abandonar los trabajos independientes parece imparable.

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