Dicen de ella que es la gran esperanza de un Hollywood que lleva una década buscando en el estante de las publicaciones para “jóvenes adultos”, como se denomina ahora a quienes se ubican entre los 14 y los 25 años, un repuesto a las excelencias en taquilla del imbatible Harry Potter o de la serie de Los anillos, y que tenga, además, una base literaria sólida y de calidad que la aleje de la vulgaridad de Crepúsculo y sus secuelas. Y parecen haberla encontrado.
Se trata de una trilogía conocida como Los juegos del hambre de la que se han vendido 25 millones de ejemplares en todo el mundo, se ha traducido a 47 lenguas, lleva 160 semanas entre los libros más vendidos de Estados Unidos y la crítica ha encontrado en ella elementos de la cultura popular (Narnia o el propio Potter) pero también de la mitología clásica o del universo orwelliano.
Su autora, ya con la cuenta más que saneada, es Suzanne Collins y aparece acreditada como guionista de la adaptación al cine del primero de los tres, junto con el también director Garry Ross, dos veces candidato al oscar por sus libretos para Big y Dave, presidente por un día. Se ha encargado de plasmar en imágenes lo que sólo puede describirse como una trama apasionante.
En un futuro no muy lejano, diversos avatares han mermado el territorio estadounidense hasta acabar con el país. Ahora se llama Panem y consta de doce distritos donde la pobreza extrema ha sustituido al antiguo bienestar.
Su destino está en manos de un rígido Capitolio que ha sacrificado cualquier derecho para garantizar la seguridad, y los intereses de quienes ostentan el poder. Para recordarle al pueblo que las revoluciones son inviables, cada año eligen por sorteo a dos jóvenes de cada distrito –un chico y una chica–, para que participen en los juegos del título.
Un concurso a muerte que, a modo de macabro reality, es retransmitido por todas las cadenas de televisión. La rebelde Katniss se presenta voluntaria para sustituir a su hermana menor, cuando esta sale seleccionada. Su historia es la de una muchacha de instinto, inteligencia y voluntad de hierro, pero, además, impredecible, lo que le salva la vida más de una vez.
La interpreta Jennifer Lawrence, que, con poco más de 20 años, ya ha sido candidata al Oscar por Winter’s Bone. Junto a ella, talentos juveniles como Josh Hutcheson o Liam Ellsworth o veteranos como Woody Harrelson o Lenny Krawitz, que debuta en el cine, han puesto su granito de arena para que el filme haya conseguido ser el tercero de la historia que ha vendido más entradas en el fin de semana de su estreno, y el primero de cuantas películas se han estrenado en época no estival.
Y como, además, ha costado una cifra razonable –entre 70 y 80 millones de dólares–, se han cubierto costes y ha sobrado un dineral, en tan sólo tres días. Lo que hace pensar que hay fenómeno para rato. De agrandarlo ya se han ocupado, además, los blogueros y las redes sociales. Es lo que toca.
La escritora y guionista estadounidense Suzanne Collins imaginó una historia de supervivencia al límite, en un mundo postapocalíptico que se ha convertido en best seller global. Su primer volumen, Los juegos del hambre, nació en el 2008. Un año más tarde, llegó En llamas, y Sinsajo, el tercero lo hizo en el 2010. En España, la trilogía ha sido publicada por la editorial Molino.
fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario