Sin embargo, el actor ha explicado que, cuando era niño, el entrar en el negocio de la actuación le parecía “un concepto extravagante” y que sus primeros años en la industria fue “un periodo muy duro”.
“No me sentía especialmente inclinado en convertirme en actor. Me parecía algo estrafalario para un niño que vivía en Ohio, pero fui a la universidad e hice teatro.
Posteriormente, en mi último año, mi mejor colega, Clint, estaba haciendo pruebas para ser admitido en la escuela de arte dramático Juilliard y me preguntó: “Si me aceptan, ¿te vendrás conmigo a Nueva York?”. A partir de ahí comenzó una etapa muy dura. Sufrí una profunda depresión y no conseguía tener un agente que me llevara”, confesó el actor.
Fuente:minutodigital
Vía:losjuegosdelhambre2012
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